diciembre 13, 2009 1 comentaron

el otro yo

A veces suelo ser optimista, y me olvido que mi verdadero yo es muy negativo, depresivo, melancólico; como el espantapájaros. Nunca he querido huir de él pero creo que algunas veces simplemente se me olvida. Pienso que de cierta manera me sucede como al otro Armando de Benedetti, sólo que mi otro yo revive de vez en cuando.

noviembre 25, 2009 1 comentaron

paseo nocturno

Rubem Fonseca


Llegué a la casa cargando la carpeta llena de papeles, relatorios, estudios, investigaciones, propuestas, contratos. Mi mujer, jugando solitario en la cama, un vaso de whisky en el velador, dijo, sin sacar lo ojos de las cartas, estás con un aire de cansado. Los sonidos de la casa: mi hija en el dormitorio de ella practicando impostación de la voz, la música cuadrafónica del dormitorio de mi hijo. ¿No vas a soltar ese maletín? Preguntó mi mujer, sácate esa ropa, bebe un whisky, necesitas relajarte.

Fui a la biblioteca, el lugar de la casa donde me gustaba estar aislado y como siempre no hice nada. Abrí el volumen de pesquisas sobre la mesa, no veía las letras ni los números, yo apenas esperaba. Tú no paras de trabajar, apuesto que tus socios no trabajan ni la mitad y ganan la misma cosa, entró mi mujer en la sala con un vaso en la mano, ¿ya puedo mandar a servir la comida?

La empleada servía a la francesa, mis hijos habían crecido, mi mujer y yo estábamos gordos. Es aquel vino que te gusta, ella hace un chasquido con placer. Mi hijo me pidió dinero cuando estábamos en el cafecito, mi hija me pidió dinero en la hora del licor. Mi mujer no pidió nada, nosotros teníamos una cuenta bancaria conjunta.
¿Vamos a dar una vuelta en el auto? Invité. Yo sabía que ella no iba, era la hora de la teleserie. No sé qué gracia tiene pasear de auto todas las noches, también ese auto costó una fortuna, tiene que ser usado, yo soy la que se apega menos a los bienes materiales, respondió mi mujer.

Los autos de los niños bloqueaban la puerta del garaje, impidiendo que yo sacase mi auto. Saqué el auto de los dos, los dejé en la calle, saqué el mío y lo dejé en la calle, puse los dos carros nuevamente en el garaje, cerré la puerta, todas esas maniobras me dejaron levemente irritado, pero al ver los parachoques salientes de mi auto, el refuerzo especial doble de acero cromado, sentí que el corazón batía rápido de euforia. Metí la llave en la ignición, era un motor poderoso que generaba su fuerza en silencio, escondido en el capó aerodinámico. Salí, como siempre sin saber para dónde ir, tenía que ser una calle desierta, en esta ciudad que tiene más gente que moscas. En la Avenida Brasil, allí no podía ser, mucho movimiento. Llegué a una calle mal iluminada, llena de árboles oscuros, el lugar ideal. ¿Hombre o mujer?, realmente no había gran diferencia, pero no aparecía nadie en condiciones, comencé a quedar un poco tenso, eso siempre sucedía, hasta me gustaba, el alivio era mayor. Entonces vi a la mujer, podía ser ella, aunque una mujer fuese menos emocionante, por ser más fácil. Ella caminaba apresuradamente, llevando un bulto de papel ordinario, cosas de la panadería o de la verdulería, estaba de falda y blusa, andaba rápido, había árboles en la acera, de veinte en veinte metros, un interesante problema que exigía una dosis de pericia. Apagué las luces del auto y aceleré. Ella sólo se dio cuenta que yo iba encima de ella cuando escuchó el sonido del caucho de los neumáticos pegando en la cuneta. Di en la mujer arriba de las rodillas, bien al medio de las dos piernas, un poco más sobre la izquierda, un golpe perfecto, escuché el ruido del impacto partiendo los dos huesazos, desvié rápido a la izquierda, un golpe perfecto, pasé como un cohete cerca de un árbol y me deslicé con los neumáticos cantando, de vuelta al asfalto. Motor bueno, el mío, iba de cero a cien kilómetros en once segundos. Incluso pude ver el cuerpo todo descoyuntado de la mujer que había ido a parar, rojizo, encima de un muro, de esos bajitos de casa de suburbio.

Examiné el auto en el garaje. Pasé orgullosamente la mano suavemente por el guardabarros, los parachoques sin marca. Pocas personas, en el mundo entero, igualaban mi habilidad en el uso de esas máquinas.
La familia estaba viendo la televisión. ¿Ya dio su paseíto, ahora estás más tranquilo?, preguntó mi mujer, acostada en el sofá, mirando fijamente el video. Voy a dormir, buenos noches para todos, respondí, mañana voy a tener un día horrible en la compañía.

noviembre 24, 2009 2 comentaron

winds of change

Antes me la pasaba pensando en lo que hubiera sido de mí, de ti, si hubiera huido ese día, o más bien esa noche en que todo estaba a pedir de boca para correr de la ciudad y tomar un rumbo distinto que me llevaría tal vez a este mismo status pero con alguien más. Hace pocos meses aún me autoflagelaba la tranquilidad pensando en lo que pensabas, en las cosas que guardabas, lo que añorabas, deseabas y se me deshacían los nervios de imaginar cosas, factibles o no.

Hoy he notado que al parecer he dejado toda esa necedad al comprender que con estos meses a tu lado nadie te conoce más que yo, nadie te quiere como yo y a nadie amas como a mí, porque ni todas las historias anteriores y las posibles futuras se igualarán a esta, porque juntos tenemos tanto qué contar que a veces entre nosotros las palabras sobran; son tantos los juegos que inventamos, las risas que tenemos a diario, las palabras que decimos y las que no hace falta ni pensar que comenzamos a transgredir la barrera del tiempo al pasar por un punto sin retorno, sin retorno a las añoranzas gastadas, a los rencores viejos. Mi mente ya no se detiene a pensar en tu pasado o en mi posible futuro, ahora camina en un solo sentido (que espero sea el mismo en que andas tú), ese en que miro una nena que nos llena de alegría y aprendizaje mutuo cada hora.

Cómo pueden cambiar las cosas con mover un sólo elemento de la fórmula; era teoría en la escuela, y lo entendía, pero ahora que lo vivo, es aún mejor. Nadie te ha visto de la manera en que te he mirado yo, nadie te acompaña en tus locuras y desvelos como lo hago yo desde hace más de dos años cuando te conocí y hablábamos de noche porque de día era todo trabajo y escuela.

Tal vez esto no sea precisamente un homenaje al camino que vamos recorriendo pero es una pequeña confesión que sirve como muestra de lo que los vientos helados han traído a estas tierras tropicales y lejanas.

A casi un año de distancia y con muchos anhelos todavía, comienzan a soplar los vientos de cambio que nos unen cada vez más.
noviembre 22, 2009 1 comentaron

recuerdo de mi visita a...

Debo admitir que "mi ciudad" (que aunque no nací ahí considero como mía por los muchos años que viví ahí) no es una graaan ciudad, ni la más comercial, turística o cuutural sin embargo, al compararla con esta en que vivo ahora me llena de nostalgia el sinnúmero de cafeterías que aquí se convierten en antros, los vientos helados que aquí son húmedos y las nubosidades infranqueables que aquí se vuelven quemantes hilos de sol.

Justo ayer pasé por la famosa "Feria Nacional del Libro de Tampico" que tan desapercibida pasa a todo el que no transita por el centro de este puerto y que engalana bellamente la cartelera cultural de la ciudad. Planeé la visita un día antes con mi compañero de cuarto, vida y familia y tal como acordamos, realizamos los deberes necesarios para salir de casa a eso del mediodía y trasladarnos a la Plaza de Armas. Mucho hay que decir acerca de la arquietctura de ese lugar en que las familias se congregan a todas horas del día todos los días, incluso los domingos, día en que en Pachuca, las madres abnegadas ya preparan todo para el siguiente día de escuela de sus amados retoños y que aquí, comparten paletas y pláticas hasta eso de las diez u once de la noche; pero voy desviándome de la idea, regreso al punto. Llegamos animosos a descubrir la Feria Nacional del Libro que, como es de esperarse, estaba ya siendo comparada en mis pensamientos con aquélla otra que los universitarios han hecho suya al grado de ser pretexto para mostrar la trova y canto nuevo mexicanos a la menor provocación y que, aunque no es tampoco la graaaan Feria del Libro me perimití esta vez, un trozo de nostalgia en su memoria.

Mi sorpresa (sólo por llamarle de alguna manera porque en realidad, ya esperaba algo así) fue que al llegar a la Plaza, las carpas de exposición no abarcaban más de cien metros lineales, y la cantidad de asistentes, bueno, he visto más en las misas de gallo de un pueblito hidalguense cercano. Aun así, y con todo el optimismo, decidimos inspeccionar "para ver qué hay" y bueno, después de una afanosa búsqueda lo destacable es: la editorial más prestigiada de todas las asistentes (que en total debieron ser como veinte) fue el Fondo de Cultura Económica (además de Anagrama, que se dedica a la publicación de material técnico), en la que los ejemplares más valiosos fueron: una colección de cuentos "inclasificables", un glosario de mexicanismos, un ensayo de José Saramago y otro más de León Portilla. Por supuesto que mi decepción fue grande y mi tristeza más, tanto que si no fuera por la compañía y el recorrido desordenado que hicimos del centro, habría considerado un verdadero desperdicio el salir de casa; y es que, hoy es el último día de la feria del libro que dicho sea, tuvo poco de feria y mucho menos de libros; vamos, que ni los clásicos de García Márquez o aquélla saga de Quién se ha robado mi queso, aparecieron por ninguna parte.

No me quejo de mi "nueva vida" ni de la ciudad en general pero recuerdo muy bien las palabras de un buen amigo que decía que no le gustaba vivir en el Distrito pero se aguantaba porque en el resto del país no había cultura (no son las palabras exactas pero es la idea) y la verdad es que tiene razón, esto de la cultura es como los rayos del sol, cuanto más lejos se está del centro, más difícil es acceder a ellos, sobretodo en lugares como éste en que las culturas indígenas están extintas, que se encuentran en el límite entre un estado y otro y por ende son un híbrido extraño entre una comunidad veracruzana y una ciudad norteña. Es cierto que su despreocupada y amigable manera de ser me cautivó en un santiamén pero también es cierto que se me está pasando el enamoramiento y ahora que comienzo a ver sus defectos, el peor de ellos es la dificultad para acceder a esos libros que en el centro del país ya no se halla ni dónde aventar, y a todos esos recitales, exposiciones, conciertos, obras de teatro, ciclos de cine entre otros, que uno se da el lujo de visitar simplemente para nutrirse el alma o saber qué hay de nuevo en la ciudad. Es una pena toda esta desigualdad de oportunidades económicas, sí, pero igualmente educativas, como ya todos sabemos, y culturales que nos orillan a pensar en un solo sentido, el que se deja venir desde arriba.

noviembre 10, 2009 0 comentaron

yo no lo sé de cierto

Jaime Sabines


Yo no lo sé de cierto, pero supongo
que una mujer y un hombre
un día se quieren,
se van quedando solos poco a poco,
algo en su corazón les dice que están solos,
solos sobre la tierra se penetran,
se van matando el uno al otro.

Todo se hace en silencio. Como
se hace la luz dentro del ojo.
El amor une cuerpos.
En silencio se van llenando el uno al otro.
Cualquier día despiertan, sobre brazos;
piensan entonces que lo saben todo.
Se ven desnudos y lo saben todo.
(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo.)
noviembre 09, 2009 0 comentaron

rencores añejos

No sé por qué algunas personas pasamos la vida cargando basura durante años. Aterrizando: ¿por qué rayos me da por hacerme añicos el cerebro pensando estupidez y media cuando a estas alturas, ni el acto ni los actores merecen mayor atención que la del reojo? Es la necedad la que me permite siempre quedar amarrada al pasado lejano. Cuanto más lejano, mejor. Así, sigo esperando que aparezca ese remedo masculino de la muñeca reina en alguna calle de cualquier ciudad que piso; o que se muera ese ser indeseable que he hecho sentir basura, como decía un hombre adorable, mentándosela con una sonrisa (porque sabe lo que significa, o al menos lo tiene como una sugerencia); o espero, ya en el peor de los casos, que aquéllos recuerdos imborrables pero un poco borrosos me perdonen el intento de guardarlos en el bolsillo de los pantalones que algún día volveré a teñir.


Si los días de libertad son tan sublimes, si las cosas más hermosas de la vida se dan sin pedir, si siempre tengo un amigo esperando darme un abrazo, ¿por qué diantres sigo cargando rencores añejos?

octubre 01, 2009 1 comentaron

partida

Una vez, el señor Alpuche, célebre personaje, bibliotecario de la escuela, me dijo: muévete siempre, si no lo haces, te vas a estancar. Sí, una perogrullada. Sin embargo la retomo porque, aunque quizá no sea el ser más andante, estoy de acuerdo en que tomar el saco de las experiencias para tirar aquéllas caducas y en cambio, buscar otras quizá no más placenteras, pero que nos harán crecer en lugar de, cito, estancarnos; es una de las grandes ventajas de estar vivo.

Sacude tus sandalias,
no permitas que
el polvo de los muertos
te llegue a las rodillas,
suba hasta tu cuello
y te devore hasta vomitar...
vomitarte a ti mismo
mientras lloras vida,
imploras piedad
septiembre 28, 2009 1 comentaron
¿Y qué hago aquí?
detenida en el tiempo,
el verosímil tiempo
de los imposibles
agosto 20, 2009 1 comentaron

¿qué número de chau?


Es irremediable sentir tristeza cuando los amigos se van, aunque algunas veces quedan geográficamente más cerca, la simple idea del movimiento de masas genera nostalgia. Es una pena que el tiempo pase tan rápido y las partidas nos sorprendan siempre con el "hubiera".

Esta vez, vaya un abrazo muy fuerte y mi más sincero agradecimiento a mis amiguitos suos que he dejado abandonados por las cálidas y paradisiacas tierras del df, a mis amigos de adolescencia y pre-madurez instalados en la bien trazada ciudad de pachuca; a todos ustedes muchas grcias por contar conmigo y dejarme contar con ustedes, de verdad los quiero mucho y los extraño. Y específicamente hoy, que desgraciadamente no puedo acompañar a mi odiadísimo tintero: Cuídate mucho, espero que podamos vernos pronto. Un abrazo y mucha, mucha suerte. ¡¡Se te quiere!!


agosto 19, 2009 1 comentaron

bitácora

Está desanimada y llora, también con desánimo; ya no con ese paradójico vigor que regala la emoción de sentir el agua acanalando las mejillas. Ya no llora por gusto, por placer, llora porque tiene qué, porque dentro de sí siente la imperiosa necesidad de hacerlo aun cuando no sepa ya ni la razón de tanto desconsuelo.

Un alma casi desangelada. Cuando la frente hierve y el corazón se enfría, ¿qué se receta?

agosto 17, 2009 1 comentaron

please don't leave me

Bueno, la idea era colgar el videíto pero esta cosa hace de las suyas, así que mejor les dejo el link:
http://www.youtube.com/watch?v=cLzgEypGSbw&feature=fvst

De la letra aún no sé qué decir pero del video, no me dirán que no está bastante simpático :D
agosto 12, 2009 2 comentaron

amor de noche

Ente que pretendiendo ser de hierro

eres realmente de cristal

¡mentiroso, vanidoso!

Hurgas en mis entrañas

buscando en las patas de mi cama

atar tus necedades y miserias.

En papel moldeas sueños sin sentido,

riegas con lluvia las flores, también de papel,

flores que al llegar la noche,

entre sábanas de arena,

cristalizan los hipócritas rayos de ansiedad

sólo por unas horas

porque ya sin luna,

volverá a ser mentira

lo que era de verdad.

agosto 08, 2009 0 comentaron

close down

Dije que no lo haría. Lo cierto es que me equivoqué de nuevo...
julio 30, 2009 3 comentaron

tal vez, sólo tal vez tenga caso

¿Sabes qué quiero hacer?
Regresar el tiempo, correr a decir todas las cosas que no dije, hacer lo que no fui capaz de hacer sólo porque ahora tengo la certeza de que mis miedos no tenían fundamento, quizá siempre lo supe pero igual siempre fui miedosa, demasiado. Jamás temí a la oscuridad o al coco pero siempre a las reacciones de los demás, tal vez a las tuyas. Pero como la máquina del tiempo es un invento ficticio de mi mente chueca y gastada, ahora sólo quiero golpearte, hacerte pedacitos, reclamarte todo lo que has hecho y dejado de hacer, lo que no hiciste; quiero gritarlo todo tal cual es, sin importar lo que pase, lo que piensen o lo que suceda después pero eso no se puede, y entonces sólo quiero llorar, en medio de la noche despertarme como muchas otras veces pensando en otras cosas, para reclamarme que pude haber hecho algo, que posibilidades hubo siempre a lo largo del camino, pero que ya no existen, que se esfuman a cada paso y yo, con este coraje, con esta rabia, la impotencia, la frustración a manos llenas. Si lo hubieras dicho antes... No sé, tal vez sí tenga caso
julio 26, 2009 1 comentaron

No por ahora

Espero agazapada, sin correr.

Quiero no despertar,

dormir en mi propia sombra,

esconderme tras de mí.

Saber que no hay lleno ni vacío.

Sentir tras de los ojos cerrados

las miradas sangrantes

Y bajo los pies carcomidos

cientos de abejas volar.

¿Mirar el palpitar enmohecido

de mis otras calaveras?

Hoy no, quizá mañana.

Talvez ahora decida no morir.

julio 23, 2009 1 comentaron

gimnasia vs magnesia

No te confundas. Decirme algunas cosas, pone las cosas "claras", dejar las cosas que son TUS cosas con el pretexto de que alguien más ha puesto mano en ellas te hace daño, te priva de las cosas que quieres por necedad. ¿Quieres dejar lo que tienes, lo que tú lograste siendo quien eres? Bien, hazlo, pero hazlo porque eso que lograste no es ético, bueno o algo semejante, no lo hagas por estar ensimismado en el afán de tirar todo lo relativo a... quizá esa sea una razón equivocada. Mereces lo que quieres dejar; valóralo, piensa en lo mucho que deseabas hacer lo que te gustaba, lo que resultó ser tu "adicción", piensa en lo que has aprendido, lo que has pasado y logrado, lo lejos que querías y puedes llegar con esas bases; piénsalo, verás que vale la pena que sigas adelante con los sueños que para ti tenías.
julio 22, 2009 1 comentaron

hablando de cuando el amor acaba

Podría decir muchas cosas, todas las que he dicho y otras más, podría insultar, berrear y patalear, pero mi reacción es menos agresiva, más intrínseca y dolorosa. Cuando estamos separados te comportas como un verdadero tonto, o peor; golpeas uno a uno los ladrillos que lleva semanas unir, esta vez sucede lo mismo. La diferencia: Yo golpeé esos ladrillos antes que tú. Una deprimida, el otro, deprimido, frustrado, cansado, estresado, decepcionado, tal vez; parece ser definitivo.

Bueno, ya que he andado musical, va otro más.
Éste me lo recetó mi conciencia hace tiempo, cuando había cosas que no estaban bien. Aunque al escuchar la versión en vivo el contexto acaba de redondear la canción, escucharla ayuda al menos un momento, ¿qué no?



julio 20, 2009 0 comentaron

con los años que me quedan

De verdad...



Muy ad hoc, casi mandada a hacer.
julio 19, 2009 2 comentaron

si no es kermés

A ver si ahora sí entiendo que cuando no se quiere, no se quiere; y cuando no hay vuelta de hoja, ni llorar es bueno.
Pregunto, ¿qué debería ser más importante, una hoja de papel o una persona?... mmm ¿depende de la persona?
... ¡ya decía yo!
julio 17, 2009 2 comentaron

Ya qué

Estaba en medio de las labores de mi desorganizado empleo cuando, para no variar, en medio de la noche recordé un episodio bastante gracioso para un humor como el mío. He de confesar (muy a mi pesar y con plena conciencia de que seré presa de muchas burlas) que en los últimos días, entre una cosa y otra, he llegado a ver un programa de esos que a uno le incrementan mucho la autoestima (obvio, por recordarle a uno que siempre se puede ser peor): ¡ventaneando! (yo misma aún me sorprendo y reprendo por ello).


En fin, la escena que vino a mi memoria entre los desvaríos de una mente tan torcida como la mía, es aquélla en que aparece el extinto (nótese la paradoja) rey del pop envuelto en llamas, bueno, no él, sino lo que a la distancia parece ser su cabellera; y digo "no él" porque la escena es tan impactante que parecería que esa parte de él, no es de él ¿me explico? Lo sé, es tal vez de mal gusto, mala educación, mala gente pues, reírse tanto (¡y de qué manera!) de un personaje apenas caído, pero es que es imposible para mí imaginar (y aquí es donde se liga todo con mi penosa confesión) que, como decía un célebre conductor de ese programa, este hombre hubiera podido bailar por tanto tiempo mientras su cabeza se incendiaba, vamos, que cualquier cristiano en su lugar sentiría que literalmente le brincan los piojos y hasta se la mientan ¡pero no!, él, muy profesional, continuó con la grabación del comercial. Recuerdo perfectamente, porque tengo mala memoria sólo para lo que me conviene, que el conductor éste decía que al final había terminado como puro, todo negro y con la cabeza roja, que era algo así como la versión pop de la antorcha humana, y otras aseveraciones por el estilo. Sí, tal vez un chiste repetido y mal contado no cause tanta gracia como si lo dijera Polo Polo pero de verdad, el conjunto de imagen y sonido que tuve oportunidad de apreciar ese día no deja de hacerme reír, aun cuando eso no es muy difícil, siempre se agradece cuando lo logran por días y días.




Yo no quería escribir de Michael Jackson, sucede que cuando alguien muere, todo el mundo se acuerda de él; mientras vive, como dijo un célebre e inolvidable amigo puberto "ni quien lo pele una mosca". Lo juro, yo no pensaba decir nada al respecto pero después del videíto, pues ya qué.
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el olvido

Mario Benedetti (qepd) [¿qué es quepo?]

El olvido no es la victoria

sobre el mal ni sobre nada

y sí es la forma velada

de burlarse de la historia

para eso está la memoria

que se abre de par en par

en busca de algún lugar

que devuelva lo perdido

no olvida el que finge olvido

sino el que puede olvidar

julio 15, 2009 0 comentaron

¡que alguien me explique!

¿Y qué sucede con los rencores añejos?, con todos aquéllos que hasta hacen cosquillas con tal de seguir ahí. ¿Alguien puede decirme?
junio 26, 2009 1 comentaron

mataría por


Cierta ocasión escuché que las personas psicológicamente "equilibradas" reían por no asesinar a nadie, pues en la risa descargaban su ira, frustración o temor; toda serie de sentimientos no aceptables en un ejecutivo juicioso, por ejemplo.

Parece que comienzo a creer en la teoría, tal vez por falta de quehacer o exceso de frustración. Lo cierto es que últimamente río y río a carcajadas porque de otro modo, si estuviera tal vez en el lugar correcto, con la persona adecuada, las armas necesarias y el momento justo, alguien moriría...

Creo que mataría por matar

junio 23, 2009 1 comentaron

irónica la vida

Hay ciertas ironías en la vida que a uno le hacen reír, aun cuando prefiera llorar.
Un buen día uno se levanta y se da cuenta que ha conocido a un ser maravilloso; al año siguiente uno se acuesta con la firme intención de tirar por la ventana a ese ser tan sublime.
Un mal día uno encuentra una cinta con la cual decide sujetarse, y justo al año siguiente, la cinta se ha transformado en una cuerda a punto de romperse.

Siempre he creído que todo sucede por alguna extraña razón, tal vez ahora debo comenzar a pensar que no todas esas extrañas razones son lindas para recordar.

¿Recuerdas lo que hiciste por los veintes de mayo del año pasado? ¿No es extraño lo que ha sucedido por los veintes de mayo de este 2009?... Dime si no es irónica la vida

mayo 26, 2009 0 comentaron

:D

Juan José Arreola

Ama al prójimo desmerecido y chancletas. Ama al prójimo maloliente, vestido de miseria y jaspeado de mugre.
Saluda con todo tu corazón al esperpento de butifarra que a nombre de la humanidad te entrega su credencial de gelatina, la mano de pescado muerto, mientras te confronta su mirada de perro.
Ama al prójimo porcino y gallináceo, que trota gozoso a los crasos paraísos de la posesión animal.
Y ama a la prójima que de pronto se transformó a tu lado, y con piyama de vaca se pone a rumiar interminablemente los bolos pastosos de la rutina doméstica.
abril 29, 2009 1 comentaron

a propósito de...

Instrucciones. Ejemplos sobre la forma de tener miedo

En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen.
Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere.
En la plaza del Quirinal, en Roma, hay un punto que conocían los iniciados hasta el siglo XIX, y
desde el cual, con luna llena, se ven moverse lentamente las estatuas de los Dióscuros que luchan con sus caballos encabritados
En Amalfí, al terminar la zona costanera, hay un malecón que entra en el mar y la noche. Se oye ladrar a un perro más allá de la última farola.
Un señor está extendiendo pasta dentrífica en el cepillo. De pronto ve, acostada de espaldas, una diminuta imagen de mujer, de coral o quizá de miga de pan pintada.
Al abrir el ropero para sacar una camisa, cae un viejo almanaque que se deshace, se deshoja, cubre la ropa blanca con miles de sucias mariposas de papel.
Se sabe de un viajante de comercio a quien le empezó a doler la muñeca izquierda, justamente debajo del reloj de pulsera. Al arrancarse el reloj, saltó la sangre: la herida mostraba la huella de unos dientes muy finos.
El médico termina de examinarnos y nos tranquiliza. Su voz grave y cordial precede los medicamentos cuya receta escribe ahora, sentado ante su mesa. De cuando en cuando alza la cabeza y sonríe, alentándonos. No es de cuidado, en una semana estaremos bien. Nos arrellanamos en nuestro sillón, felices, y miramos distraídamente en torno. De pronto, en la penumbra debajo de la mesa vemos las piernas del médico. Se ha subido los pantalones hasta los muslos, y tiene medias de mujer.
abril 27, 2009 0 comentaron

my memory

Ryu

At that moment I remembered it all
When I see those memories they seem so small..
You're far away in a place that I can't reach
I can't wait for these words of love to be said

I really was to blame
Will I ever get to meet you again?
I can't even imagine that
I still love you and now I'll confess that to you
I wanna love you forever
It's not too late
Be with me forever

For a long time you've been in my heart
Much time passes and still you're far away, but I will stay alive

I really was to blame
Will I ever get to meet you again?
I can't even imagine that
I still love you and now I'll confess that to you
I wanna love you forever
It's not too late
Be with me forever
abril 18, 2009 0 comentaron

el otro yo

Mario Benedetti

Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la naríz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse imcómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañama siguiente se habia suicidado.

Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser íntegramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: "Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte, tan saludable".

El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.

marzo 21, 2009 0 comentaron

in memoriam

La Luna

La luna se puede tomar a cucharadas

o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir


Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas

Jaime Sabines

Y yo traigo una pequeñita,
justo en medio de mí


febrero 14, 2009 0 comentaron

asesino de poetas

Para ser poeta me convertí en paloma,
viajé, conocí y emigré.

Para ser poeta hablé y escuché,
leí a los maestros y aprendí versos.

Para ser poeta un día luché,
trabajé y estudié para tener en mis manos
la luz perenne de la luz.
Días y noches pensaba versos,
me asomaba a la ventana a mirarlos a pasar,
entonces llegaste,
te comiste mis versos y mi intento de poesía,
tomaste mis manos y las amarraste al mundo
del que pretendía salir,
detuviste mis pasos.

Hoy no busco ser poeta,
soy un ente más en tu planeta imaginario
lleno de enunciados largos y sentencias.
La música no se hizo a mis oídos
y las letras,
las letras existen sólo cuando no te miro.
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Que si todo ahora es diferente, que cómo es...
Las noches son fugaces y las mañanas pasivas,
los días se pasan sin nadie y a la vez contigo,
no es que me arrepienta, es que aún no estaba lista
febrero 02, 2009 1 comentaron

Lo que fui

Estando ahí no notaba la diferencia, todo era tan monótono, tan visto que ya no le inspiraba nada más que salir pero en cuanto se vio fuera de la cápsula, llena de gente por todos lados pero siempre desconocidos y sabiendo que no había regreso posible mas que aquél ficticio de los exiliados, tomó su vieja muñeca con las ilusiones que siempre le guardaba en la panza camino hacia delante con los cientos de personas que lo hacían como autómatas en un lugar que ya conocían aunque en realidad les fuera extraño. Era increíble que después de tanto tiempo de estar fuera sin siquiera acordarse de nada de repente una mañana despertara con la sensación de haber perdido algo, tal vez comenzaba a tomar conciencia de que crecía o quizá la muñeca simplemente le había inclinado la cabeza hacia el anuncio que decía "… lo que fui"
 
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