diciembre 31, 2010 0 comentaron

notas para un fin de año

Recuerdo...

El bochorno de nuestras manos en una noche sin sueño
El calor del aire mezclado en una música lejana arremolinada en la brisa
Una luna roja mirando tu ventana mientras se escucha el rodar de los coches en la lluvia
Un atardecer fresco frente al mar
Una noche interminable de cine
Las caminatas recetadas a diario con dosis de helado
La plaza iluminada de invierno cálido

Hoy, un año después del cambio veo la brisa y huelo los colores del atardecer de nuestros primeros días. Ahora es diferente, somos más... más grandes, unidos, comprometidos.

Feliz año nuevo
diciembre 16, 2010 0 comentaron

transfigurarse

Alzo el cuello y miro por la ventana, todo está inmóvil y sin embargo, tengo la impresión de haber cambiado, de estarlo haciendo aún ahora, mientras doy un trago a la crema.

Al frente, mi mirada crea un rompecabezas de cuerpos y caras, viejos unos, otros no tanto; y mi hombro es rozado constantemente por el cabello olvidado de alguien hace mucho tiempo. El viento entra desde la ventana, helado pero no molesto... sólo un poco, da igual; de cualquier manera ésa es una de las tantas acciones inalcanzables: cerrar la ventana.

Poco a poco se van acumulando sonidos y visiones detrás de la cortina, personas andan, no muy de prisa, sólo lo suficiente para ser puntuales... y un día más se asoma al calendario.

No hace mucho me miraba también a través de esa ventana, donde todo sucedía tan rápido que era fácil perderse en el correr de la vida, tanto, que el cansancio me dolía en los dedos, picaba mis pies; debía dormir o sentarme a reponer fuerzas al menos, y es lo que hago, reponer fuerzas para el día en que el afuera sea tan ágil como el pasado, pero días han ido y vuelto y nada es como debería, sigo esperando que todo mejore, no creo que el mundo esté listo para mí ahora.

Y mientras me lamento por mi mundo extraviado, miro a los costados por no perderme en el rompecabezas que ya no sé resolver. Noto una mancha pequeña en las cortinas melón. No, en realidad no es tan pequeña si puedo verla desde aquí, y no es que tenga vista cansada pero sí nos separan algunos metros. Una rasgadura en ella también, crea un ciclo perfecto al encontrarse con la fisura de la pared, el piso, el muro, el techo. Se descarapela la pintura, y el tapiz está lleno de humedad. Tengo la impresión de estar reconociendo un cuarto que conozco más que a mí mismo, qué simpático.

Miro al frente y ahí está Norma, ¡al fin! un rostro conocido en ese sinfín de ojos y narices torcidas. Intento saludarla, espero que me vea (también de ella estoy algo distanciado) pero mi mano libre no responde, o no muy bien, la siento pesada, hinchada, como de diabético o algo así. Hace mucho no bajo la mirada por no parecer menos que los demás, decía mi padre que puede perderse todo menos el orgullo, y por orgullo me he enclaustrado aquí, en mi propio santuario, hecho por mí, para mí... para descansar, claro. Pero una gota escurre del vaso hacia la alfombra, la compaño en su trayecto, es tan pálida y brillante a la vez que contrasta con mis extremidades de madera, crean un conjunto armonioso a la vista, provoca beberla, pero ahora es una más de las cosas que no puedo hacer...
diciembre 13, 2010 1 comentaron

good luck


Después de un rato de ausencia y uno que otro hallazgo, hoy inauguro oficialmente la época del repunte. Es tiempo de recuperar las ideas, los hábitos, las esperanzas y los ímpetus para comenzar una nueva etapa.
 
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