Para ser poeta me convertí en paloma,
viajé, conocí y emigré.
Para ser poeta hablé y escuché,
leí a los maestros y aprendí versos.
Para ser poeta un día luché,
trabajé y estudié para tener en mis manos
la luz perenne de la luz.
Días y noches pensaba versos,
me asomaba a la ventana a mirarlos a pasar,
entonces llegaste,
te comiste mis versos y mi intento de poesía,
tomaste mis manos y las amarraste al mundo
del que pretendía salir,
detuviste mis pasos.
Hoy no busco ser poeta,
soy un ente más en tu planeta imaginario
lleno de enunciados largos y sentencias.
La música no se hizo a mis oídos
y las letras,
las letras existen sólo cuando no te miro.
Manosea a su novia en pleno metro y lo graban*
Hace 7 años.