Menos halagador y reconfortante es el recuerdo de los fusilamientos franceses a madrileños del 2 y 3 de mayo de 1808, y no por la heroicidad española, sino por el atropello francés. Tal vez, como muchos otros asesinatos y abusos de poder, aquéllos habrían pasado de noche por la historia, de no ser por el pincel y talento de Goya.
Manosea a su novia en pleno metro y lo graban*
Hace 7 años.
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