Toda la tarde bajo esa mano, con la caricia rota y lastimosa de la luz.
Las diez. La hora de empiernarse con las sábanas marca también el momento de re-creación, como el fénix; al llegar la oscuridad, gira cual flor apuntando hacia la luna; surge vida de la sólo alma que habita en las baldosas.
Uno, dos, tres... quince días. La falta de experiencia táctil dicta muerte y vida, paradoja macabra de la desmemoria; crecimiento y defunción repetida e inconstante, inversamente proporcional: A más olvido, menos muerte; a más recuerdo, menos vida.
Las diez. La hora de empiernarse con las sábanas marca también el momento de re-creación, como el fénix; al llegar la oscuridad, gira cual flor apuntando hacia la luna; surge vida de la sólo alma que habita en las baldosas.
Uno, dos, tres... quince días. La falta de experiencia táctil dicta muerte y vida, paradoja macabra de la desmemoria; crecimiento y defunción repetida e inconstante, inversamente proporcional: A más olvido, menos muerte; a más recuerdo, menos vida.
1 comentaron:
hola guapetona. una visita corta para ver que estas por aqui. un besote. toni
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