julio 24, 2012 0 comentaron

Emprendiendo un nuevo camino

Hace algunas semanas decidí cambiar de área de desarrollo y la idea es sólo dedicarme a la linguística para sobrevivir económicamente. En definitiva, el otro ambiente nunca me gustó tanto y aunque me empeñé en seguir por ese camino, al final el resultado no fue bueno, no tanto para mis empleadores como para mí misma, que poco a poco me convencía más de que era, no sólo deseable, sino necesario un cambio. Hoy he llegado a la conclusión de que hice una mala elección de carrera, pues aunque logré terminar la primera de modo más o menos honroso, jamás me ha dado tantas satisfacciones ni le he tenido tanto cariño como la recién concluida en Letras Hispánicas. Tengo esperanza en que el tiempo perdido en esa área será recuperable y daré término a algunos proyectos de investigación que ya tengo en mente.

De esta manera, doy por iniciada una nueva etapa de mi vida, más feliz y largamente deseada, acompañada de otros vicios, recientes y añejos: Café y encuadernaciones.
julio 02, 2012 0 comentaron

que no vuelva a suceder

Creo que después de tanto abandono, esta mañana es un buen momento para regresar a los brazos de este blog y entrar en catársis.

La de anoche fue una jornada larga donde mis vecinos, mi familia y yo salimos a votar, incluso a pesar del clima, los rumores de siempre; con dudas nuevas, pero también con esperanzas nuevas. Hace algunos años, es cierto, quizá la sociedad estaba menos organizada, al menos desde mi punto de vista de hace doce años, o sea, desde el de una niña, a la gente no le interesaban las elecciones. Afortunadamente, crecí y fui educada en un hogar donde las instituciones se presumían respetables en cierta medida, claro, sin ignorar los viacrucis de todo tipo que tuvieron que soportar los miembros de mi familia por los caprichos del PRI, en el 68, el 71, y que aún en algunas comunidades de la sierra y la huasteca se padecen (sé que suena a la misma canción de siempre, pero así es, a las pruebas me remito). Mis padres me enseñaron que votar es una manera de reclamar lo que queremos y eso hicimos ayer, votar.
Con el pasar de las horas, sólo esperamos a que el candidato elegido fuera proclamado ganador, pero no fue así. A una hora, muy temprana para mi gusto, ya dos candidatos habían proclamado su derrota, al poco tiempo se anunciaba una tendencia irreversible que favorecía a otro, y nuestras esperanzas comenzaron a flaquear. No es que no crea en que cada quien tiene su derecho de elegir, lo que me cuesta creer es que tanta gente pueda haber votado por  todo lo que sabemos que hizo y no hizo el PRI en sus 70 años, por lo que representa, que honestamente no hubiera podido encontrar una mejor opción, me indigna sobremanera que una mujer que ha sido golpeada, humillada, después de dos días de ausencia de su pareja, corra a buscarlo y se eche en sus brazos. Sinceramente me siento decepcionada de la sociedad que formamos, enojada por la mentalidad que aún se tiene, y me avergüenza que mi hija pueda conocer este capítulo de idas y vueltas con gobiernos frustrantes. Sin embargo, creo que esa decepción me surge porque también yo quiero ver al gobierno federal como "la luz del camino" cuando en realidad, somos nosotros como ciudadanos quienes debemos dar luz a este México que ya se va cayendo a pedazos, pero con el trabajo, el ímpetu, la educación y la voluntad de todos quienes de verdad queremos un país mejor, para lograr, un día, sacarlo a adelante. Quizá el camino será más penoso y sólo Dios sabe lo que tendremos que pasar en este sexenio pero creo que si algo pudo resaltar en las campañas, es la participación honesta de la gente, sí, hacia o contra un candidato específico, pero participación al fin, que nos señala el camino de la permeabilidad social en todos los ámbitos de gobierno, debemos evaluar todos y cada uno de los pasos de nuestros gobernantes, trabajar para que el de arriba haga lo que de verdad necesitamos que haga por el país y no que nosotros hagamos lo que él quiera hacer por sí mismo.

Creo que es un muy buen momento para enseñar que amar a México es, definitivamente trabajar por él y eso sí, tener conciencia plena del pasado. ¡Que no nos vuelva a suceder!
 
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