diciembre 31, 2007 0 comentaron

trasplante

Bisturí en mano. La tela azul incrementa el calor que ha inundado la habitación. El cuerpo casi inmóvil, desahuciado ya, sólo mira con valor el filo que despunta bajo la luz blanca que se cuela por la claraboya. La mano larga con dedos afilados aprieta el instrumento con toda la fuerza de que es capaz y la descarga sobre la piel blanca, limpia del cuerpo debajo. Entre un gemido y otro de dolor, el bisturí se abre paso cortando pulcramente los tejidos que encuentra en el camino. El pecho ha quedado abierto a la luz mientras el reloj anuncia las veintitrés horas. El sonidito agudo del monitor va marcando rítmicamente los latidos que poco a poco aumentan al movimiento de los cuerpos. Y mientras ella se entrega, él introduce el arma en su cuerpo. Sin el menor cuidado deposita el corazón en un vaso que se llena hasta los bordes y derrama el formol que lentamente avanza hasta el filo de las sábanas.

diciembre 30, 2007 0 comentaron

¿y ahora qué?

Qué cosa más extraña que tu voz saliendo de la nada, qué coincidencia ese encuentro de sonidos donde no hay nadie. Fingí demencia y sin embargo, como no queriendo estás ahí, haciendo acto de presencia. Entonces todo se vuelve confuso…

¿Por qué haces las cosas a destiempo?
¿En qué te inspiras para hacerlo todo tan complicado?

¿Ahora qué va a suceder?... Supongo que habrá que esperar otra vez.

diciembre 29, 2007 0 comentaron

psicosis

De repente todo parece vacío (¿sólo lo parece?)… lo que era importante ya no lo es, lo que podría motivarme ahora me adormece, no puedo ni sentir; pero no muero, sólo vegeto, entro en estado de coma; con tal de escapar soy capaz de cualquier cosa. Cambiar de aires es a veces un mal necesario, una prioridad para mí, y ni siquiera puedo cambiar de zapatos.

El mismo viento afuera, el mismo suelo, las mismas caras y voces. La luz que mana y todo inunda me molesta, carcome mi cerebro y sus ideas. Soy capaz de olvidar la pluma y el papel por transportar verbos en un cable… no, eso no soy yo, soy algo más que trazos en un plano o imágenes enmarcadas.

Necesito volar, me urge… podría salir corriendo entre las sombras asfixiantes sin escuchar nada más que mi roce con las piedras, que el aliento que provoca la combustión de mis pulmones, pero ¿a estas horas?, ¿quién en su sano juicio se cuela entre la noche solitaria sólo por huir?... yo qué sé, me importa poco el juicio de los demás, me importa el que perderé si me estaciono aquí; me urge pensar otras texturas, sentir otros sabores. Seguir encerrada en este anillo se vuelve insufrible… debería escapar ahora, romper conmigo misma, fugarme y expandirme, un estado de inconsciencia repentina y ausencia permanente podrían ayudar; debería dejarlo todo, incluso a mí misma olvidada en un rincón… morir y tal vez reencarnarme otra vez es una opción… cambiar de aires… sí, escapar, transmigrar justo ahora, ahora porque pronto se hará tarde, otra vez…

diciembre 27, 2007 0 comentaron

[boleros del resentido]

Eduardo Lizalde


Hay un lejano olor a muerto en todo el aire.

Alguien se muere aquí,

muy cerca, en el jardín de al lado.

Tal vez aquí, junto al umbral,

más bien adentro de la casa, en el pasillo,

y no, más cerca, en este cuarto donde moríamos

juntos.

No, tampoco.

Más cerca aún, junto a mi cuerpo.

Y no, más cerca.

diciembre 26, 2007 0 comentaron

paradoja

No aguanto ni el dolor ni la alegría planificados, obligatorios por decreto, con fecha fija.


Andamios. Mario Benedetti.


diciembre 24, 2007 1 comentaron

mensaje decembrino

A todos :

Gracias por pertenecer a mi vida, por darle, cada uno, un tinte diferente, por dejarme confiar en ustedes y a la vez, confiar en mí. En verdad, gracias por formar parte de mí.


¡¡Felices fiestas!! Un abrazo y un beso. Los quiero muchísimo.

Atte
ecu
diciembre 17, 2007 0 comentaron

acortando la distancia

Gustavo Lastra
 
Te abrí las puertas de mi corazón un día
cuando la magia del destino apareció
mientras el fuego de tu cuerpo me envolvía
        con el amor
Toqué tu mano y descubrí que era el momento
de darte todo lo que siempre quise dar
sobre tus alas me llevaste al firmamento
y pude volar.. pude volar
 
Y nos quedamos juntos acortando la distancia
y pronunciamos miles de te quieros sin hablar
y me dormí en tus brazos sin temor a la nostalgia
pidiendo que la noche no se fuera a terminar
 
Te abrí las puertas de mi corazón un día
y tu llegada puso paz en mi interior
se transformó la soledad en alegría
y vino el amor... vino el amor
 
y nos quedamos juntos acortando la distancia...
y pronunciamos miles de te quieros sin hablar
y me dormí en tus brazos sin temor a la nostalgia
pidiendo que la noche no se fuera a terminar
 
y nos quedamos juntos acortando la distancia...
y pronunciamos miles de te quieros sin hablar
y me dormí en tus brazos sin temor a la nostalgia
pidiendo que la noche no se fuera a terminar
pidiendo que lo nuestro se volviera realidad...


diciembre 15, 2007 0 comentaron

con miedo

Tengo miedo de morirme ahora,

de voltear y no ver nada.


Me hundo poco a poco.

Con mis propias manos voy cavando

por evitarte la fatiga de enterrarme.


Me riego de mis gotas,

me cubro de musgo por conservarme;

quizá muera mañana, ¿y te acordarás?

diciembre 11, 2007 0 comentaron

en medio de una esquina rota

Un rayito de sol se cuela por los tejidos de mis párpados, me despierta. Levanto la cabeza y me miro ahí, tirada en medio de un cajón, con los brazos extendidos y el vestido de ayer. El cuerpo me pesa. Con los ojos recorro todo ese espacio como lo hago siempre cuando voy a un café, un restaurante, cuando me sacan del letargo. No encuentro nada o casi nada; no puedo ver bien, sólo partículas de polvo se esparcen a mi lado derecho; a la izquierda, un muro con cáscaras que se le caen en la esquina. Muevo los pies por ver si alcanzo algo o a alguien. En círculos se mueven mis zapatos pero no, nada toco; creo que mi estatura siempre ha sido insuficiente, sobre todo cuando se trata de alcanzar a las personas.


Levanto un brazo y miro mis manos, los mismos guantes de ayer. Con esfuerzo me siento en el suelo. Ahora sé que es el suelo, reconozco el patrón del parquet, lo vi el domingo desde arriba de la cama, analicé una a una sus piezas mientras empezaba a volar. Alrededor... nada, estoy sentada en medio de una esquina. Me examino aun cuando al bajar la cabeza me llega un dolor desde no sé dónde. Nunca me han gustado los espejos; prefiero revisarme con las manos, primero la cara y encuentro que uno de mis botones está roto; luego el resto, mi cabello sucio, mi vestido empolvado y los zapatos, húmedos. Es invierno, tiempo de lluvia y frío.


Levanto la mirada. Mi techo no es el techo, es un entramado de alambres retorcidos. Apenas quepo en este espacio. Vuelvo a recorrerlo todo con la vista nublada. Desde un extremo escucho una cerradura y una ráfaga de viento levanta mis cabellos. De lejos miro una abertura que reconozco, puedo ver las escaleras hacia el nivel de abajo. Unos golpecitos descoordinados son seguidos por otros más graves y profundos.


Ahora distingo bien, dos pares de zapatos se acercan a mi techo, éste baja su nivel. Estoy aún más aprisionada y asustada. En medio de mi conmoción, un objeto con tacón me golpea rompiendo mi otro botón y ahora que no veo nada le pregunto: y tú, ¿por qué me empujas?

diciembre 10, 2007 0 comentaron

el bucle interminable

¿Será cierto que no tener qué hacer provoca la generación de "malos pensamientos"? Cuando estamos ocupados poco tiempo queda para mirar la televisión, dormir o comer, pero incluso, y lo mejor de todo, para discutir. Estando pendiente de una u otra cosa quedan pocas fuerzas físicas e intelectuales para argumentar cosas sin sentido en contra de otro, además de que el poco contacto humano logra una falta de comunicación y por tanto, querellas innecesarias en qué desperdiciar le poco tiempo libre que se tiene.


Siempre he pensado que las conversaciones son la manera más directa y sencilla de conocer a las personas. Escuchar y hacerse escuchar es casi casi un arte que, según mi más humilde opinión, pocas personas logran dominar. Una conversación debiera ser, como mencionaba un estudio lingüístico (por más meloso que parezca), algo similar a una danza, en que los puntos de vista de uno y otro individuo pueden llegar a confluir, de modo que la armonía evite roces sensibles negativos; sin embargo, ¿cuántos creemos semejante cosa?... casi todos, por no decir todos, nos inclinamos a llevarlo como una guerra. En un tablero están los argumentos propios y ajenos; el objetivo: destruir los ajenos e imponer los propios sin importar cuán absurdos sean unos o los otros.


Las relaciones interpersonales no han sido jamás una de mis virtudes y sin embargo, he conocido personas maravillosas que de a poco van dejado mucho de sí en mí. Con el pasar de los años, cada quien adopta su personalidad y la define de todas las demás. La mía se basa en la línea delgada entre la argumentación y la discusión; que mi interlocutor pueda sostener una conversación es medianamente importante para que pueda seguir interesada en pasar el tiempo en ese lugar. A pesar de todo, olvido que no a todos gustan los deportes, el cine, o hablar demasiado. Diversidad en unidad es la base de la composición. Composición de minutos y horas es lo que tenemos al contactarnos con otras personas. El espacio queda reducido a tiempo, tiempo de habla y escucha que provoca una conexión interna entre uno y otro ser.


Composición es lo que se pretende lograr al unirse con alguien más en amistad, amor o trabajo; hay que lograr esa conjunción de positivo y negativo de ambas personas para tener relaciones medianamente estables, en que el silencio y la palabra puedan respetarse como tal sin que importe demasiado inquirir o exigir respuestas que llevan casi siempre a lo mismo: nada. Preguntar implica la expectativa en una respuesta y responder, implica otra igualmente esperada. Cuestionamientos y razonamientos recalcitrantes son nada más que pérdida de tiempo; un bucle, un fractal recursivo.


¿Qué necesidad hay de desperdiciar el poco tiempo en darle vueltas al mismo asunto? Dejemos de envolvernos en nuestro propio bucle interminable...

diciembre 09, 2007 0 comentaron

de vuelta a casa

Con la mirada escucho

la madera que dormita,

el palpitar de la pared

y la ausencia del jardín.


Huelo con las manos

la humedad de la cocina

que cuelga en mis oídos

los olores de ayer.


Andando en mis espacios
platico con la nada,
imagino que quizá mañana
otra vez me encontraré

diciembre 03, 2007 1 comentaron

desde aquí

¿Qué razón puedo dar al hecho de que cada vez que te alejas se me queda la nostalgia viviendo en la habitación, tu aroma en mi piel, las caricias en los sentidos y tus besos en la conciencia?


La ausencia que siento cuando te vas me carcome y me desnutre tal como la primera vez. Mi cuerpo se acostumbra al tuyo, mis manos a tu voz y mis oídos a tus miradas. Ya no podré jamás ser la misma después de ti. Te vas y me voy contigo; regresas, y aun así no estoy aquí.


Es una gracia que de vez en vez tus pies toquen mi suelo, que me aspires y te respire, que escuche tu latir en medio del rugir de los domingos. Es azaroso encontrar a alguien en medio del espacio interminable de las cosas, es increíble construir un mundo que mezcla fantasía y realidad; es irresistible seguir aquí.

 
;