diciembre 07, 2020

bucle

Hubo un tiempo en el que no le tenía miedo  nada, luego le tuve miedo a todo y luego debí elegir a qué  sí temerle y a qué no.
Siempre supe que la vida me pediría elegir entre las cosas que quiero vivir, tener y sentir. Me lo advirtió un tutor y traté fuertemente de no dejar que tuviera razón, hasta que la tuvo, y con cada paso en la dirección contraria a la esperada, dejar personas en el camino, aunque difícil, era un daño colateral. Después  de un tiempo, encontré un lugar donde no sólo me sentía bien, sino que crecí, me permití ser, cambié, me perdoné y me valoré.

Ahora, doce años después, me vuelvo a sentir en el mismo punto en el que no sé a qué debo tener miedo. En mi cabeza, nunca he dejado de avanzar, y ahora cada vez que intento hablar de lo que es mi vida lo que responden es: ah sí, rutinario. Esa palabra me asusta, me frustra y me entristece. ¿Cómo podría ser rutinaria mi vida con todas las cosas que he dejado en el camino? Es que para nadie significan nada, sólo para mí. Sólo yo sé cuánto significaban esas personas, esos momentos y esos lugares que no pude o elegí no vivir. Y ahora, alguien que no me conoce, alguien a quien ni siquiera le importa, juzga mi vida de rutinaria pero quizá, justamente por eso, aunque brutal, una mirada nueva ve las cosas sin mi espeso romanticismo por el pasado y entonces, duele y me hace pensar en las cosas que he olvidado que quería o que sólo he dejado pospuestas. De un tiempo acá empecé a pensar que las cosas llegarían en el momento que debieran siempre y cuando no dejara de andar; ahora empiezo a pensar que me ha hecho falta más agresividad para lograr las cosas que alguna vez deseé pero el miedo me paraliza, si yo decidiera abrir las alas hoy, volvería a dejar a las personas más importantes de mi vida, las que elegí una vez por encima de todo y de todos, las que siempre tienen sus brazos para mí y que no podría volver a tener jamás. Y una vez más, paso noches de sueño interrumpido por la duda existencial de no saber qué tanto valdrían mis sueños en realidad si no pudiera mirarme en los ojos de alguien que ve en mí mucho más de lo que yo logro ver.

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