La verdad no sé por qué sueles hacer y decir las cosas que haces y dices, sabes que terminas de a poco con todo; tal vez sea cierto que es esa tu consigna. En fin...
Pon una hoja tierna de la Luna debajo de tu almohada y mirarás lo que quieras ver [...] Para los condenados a muerte y para los condenados a vida no hay mejor estimulante que la Luna en dosis precisas y controladas.
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