junio 04, 2008

las hadas

Con sus rubias cabelleras luminosas,
en la sombra se aproximan. Son las hadas.
A su paso los abetos de la selva
como ofrenda tienden las crujientes ramas.
Con sus rubias cabelleras luminosas
se acercan las hadas.

Bajo un árbol, en la orilla del pantano,
yace el cuerpo de una virgen. Su faz blanca,
su faz blanca como un lirio de la selva;
dormida en sus labios la postrer plegaria.
Con sus rubias cabelleras luminosas
se acercan las hadas.

A lo lejos, por los claros de los bosques,
pasa huyendo tenebrosa cabalgata
y hay ardientes resoplidos de jaurías
y sonidos broncos de trompas de caza.
Con sus rubias cabelleras luminosas
se acercan las hadas.

Bajo el árbol, en la orilla del pantano,
sobre el cuerpo de la virgen inclinadas,
posan, suaves como flores que se besan,
sus labios purpúreos en la frente blanca.
Y en los ojos apagados de la muerta
brilla la mirada.

Con sus rubias cabelleras luminosas
se alejan las hadas.
A su paso los abetos de la selva
como ofrenda tienden las crujientes ramas.
Con su rubia cabellera luminosa
va la virgen blanca


Ricardo Jaimes Freyre

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