mayo 03, 2008

3 de mayo

Para ingenieros, arquitectos y constructores el día 3 de mayo representa la fecha de celebración y asueto para los trabajadores que pasan ocho horas diarias bajo el sol, porque bajo la lluvia es imposible realizar un colado, por lo menos. La celebración consiste en la bendición, por medio de una misa católica, de una cruz adornada con listones y flores, misma que posteriormente es llevada al lugar en que se construye la obra y se coloca en la parte más alta de la misma. Posteriormente, se organiza una comida amenizada por música popular. Algunas empresas constructoras organizan el día involucrando a las familias de los trabajadores, de modo que se fomenta y cultiva la parte sensible de los albañiles, al mismo tiempo que se favorece la convivencia sana entre jefes y subordinados.

La tradición comienza al referirse a la madre de Constantino, Santa Elena, quien en busca de la cruz de Jesuristo en Jerusalén, halló tres. Al no poder distinguir una de otra, fue llevada ante las cruces una mujer muy enferma quien reaccionó de distinta manera al tocar cada una de ellas, al estar en contacto con la tercera, sanó. El destino de la cruz, fragmentada, fue, en una parte, resanada por unos albañiles y otra, fue llevada a Roma donde se construyó una basílica dedicada a la adoración, precisamente, de dicho fragmento de la Santa Cruz.

La relación entre la reliquia y los constructores se debe a que albañiles dedicaron su labor al embellecimiento de una parte de ella, además de que, en plena labor, según se cuenta, un trabajador cayó desde lo alto pero sobrevivió gracias a la cruz milagrosa. De modo que, desde temprano, si uno se encuentra, al menos, en una población mexicana mediana o pequeña, se escucharán cohetes en las iglesias y se verán procesiones de esos fínisimos trabajadores que, junto con los residentes y supervisores, se broncean la piel igual que si hubieran pasado el fin de semana en el Caribe.

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