mayo 28, 2008

en la despedida

Demasiadas despedidas para tan poco tiempo. La soledad compartida será ahora una sola, por más lógico que suene, una sola soledad. Voy a extrañarlo todo, el rincón en que me refugié para olvidar, el viento tan similar al que recordaba mi piel. He conocido personas maravillosas que sin importar nada me han apreciado tal cual soy, no he podido menos que apreciarlos igual. Extrañaré la noche y el día. Quién sabe, tal vez el presentimiento de volver pronto sea una realidad. Los extrañaré a todos, pero ahora estaré cerca de los amigos, los que no me han soltado nunca y no lo harán, mi ángel, apoyo, guardián y conciencia máxima, conexión con los demás, el amigo nuevo que entre letras encontré y ese que a la distancia conocí, lo escuché y hoy me escucha; no importa cuán lejos esté la capital, el bajío o una joya colonial; siempre están conmigo, jamás me faltarán abrazos y besos en la frente. Los quiero tanto y jamás los cambiaré por nadie, menos a uno que a los otros; aunque encuentre personas hermosas en el camino, mi ángel será siempre mi guardia y mi defensa.

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