mayo 23, 2008

día 1

Tal vez aún estaba dormida. Encontré tus ojos en un rostro parecido al tuyo, con una voz sólo similar y una tonada que en definitiva me decía que no eras tú. Seguro me perdí escuchando esa canción; al atravesar el puente de nuevo desapareciste.

No sé cuánto tiempo tenga que pasar, o qué tenga que suceder; parece que no me acostumbro a la idea. Y es que, ¿quién diría que aquella despedida tan breve, tan cotidiana sería "la despedida"?, ¿quién atinaría a decir que esa noche de largo permiso sería la última noche de un último fin de semana?, ¿quién se atrevía a pensar que algo así nos pasaría? No ha sido algo común o frecuente, todo extraño desde el principio, eso de la adaptación costó trabajo. Llevó meses entendernos y tolerarnos, sólo para que una mala elección de palabras, o un descubrimiento de verdades acabara con todo en una noche. Meses esperando a mayo, junio y a septiembre; sólo llegamos al primero, contando ocho y luego once, en la tela de fondo. ¡Once! ¿Pensaste que llegaría a tanto? Supongo que no, ni yo con toda mi imaginación creí que no me alcanzarían las manos para contar el tiempo, y ya ves, paso a pasito lo fuimos construyendo, es una pena que quede ahí, como torre de Babel, como símbolo de intolerancia, impaciencia, necedad, egoísmo. Habría podido ser cualquier otra cosa pero no, eligió ser torre, y confusa, pero ¿sabes? jamás me ha gustado tanto otra que haya visto; es cierto, tiene mezcla de colores pero dentro, es tanto o más hermosa que las de arena al reflejo del sol. No negaré que aún estoy confundida, que conozco las razones por las que todo ha quedado así pero desconozco el surgimiento de ellas.

Sé que voy a extrañarte mucho, que en un futuro no muy lejano de las entrañas me vendrá una marejada de nostalgia, sólo espero sobrevivir a ella o que, tal vez, algo increíble suceda.

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