septiembre 16, 2007

a posteriori

Hace apenas un par de horas que has emprendido el viaje de regreso después de haber compartido momentos deseados durante tanto tiempo. Ya te extraño.

Tus besos y abrazos ya no son el mañana, son un presente que dista mucho de ser imaginario. Formas parte de mi vida; es éste un nuevo comienzo, un andar con paso firme a pesar de las diferencias y dificultades que la situación propia nos ofrece. Nos despedimos esperando un futuro más claro y unas visitas si no más frecuentes, menos azarosas y en cambio provechosas por nuestro propio bien. Te escuché decir adiós y no contesté, no por falta de cortesía sino por evitar el deseo de pedir que no te fueras... Esta mañana llegarás de nueva cuenta a tu ciudad y yo regresaré a la vida regular pero ambos, con sentimientos recién estrenados y emociones nuevas por contener para desbordar, por fin, en una nueva visita.

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